Árbol mío, árbol suyo

Mi árbol de hojas
Azules y dulces
He de saltar sobre ti
Y mover las ramas
Hasta que me canse
Y los otros niños
Suban a jugar.

La copa espumosa
De verde, nebuloso
Refugio azul
Nací para nuestros días
Viejo árbol del barrio.

Papel glasé
Libros manchados
Estudié bajo la ventana
Para observar al árbol.

El que se agita
Con el viento y
Se detiene en
Una extraña dicha
Su serenidad verde,
Mi mágica estación.

Alfombras

Moriré pronto
Ya que el amor huye salvajemente
Por praderas luminosas
Al aliento de cien lobos
Tarde dorada de intenso trotar.

He pensado una casa nueva
He soñado con muebles
Me decidí a ser hombre.

Las palabras de pimienta
Y la aguja deshenebrada
Al pensamiento de la pólvora
Todo es tan nuevo
Todo es tan claro ya.

Mi gracia

Canté los mil nombres del fuego
Quise arrojarme a la muchedumbre
Hinqué mis dientes sobre un espíritu caliente.

Impromptu

No es casual que las manos se junten al rezar
Ni que los dedos ardan al acercarlos a la vela encendida.

Propuesta

Ey, cara de droga
Veo un abismo acá entre los dos
¿Desearía saltar a lo negro junto a mi?

Mañana habrá pared

Cuando mi necesidad de salirme
Exhale hollín de mi interior
Será entonces cuando las ruedas
De mi vieja máquina despierten
Y contemplen el paisaje muerto por delante.

He remado una fragata con sus velas candentes
He maldecido a todos los animales nocturnos
Que fabricaron alimento durante mi estancia.

Quien me conduzca a mi nueva habitación de cal
Será pues quien ose desordenar las estanterías de mi cuarto
Y encomiende mis pieles al río
Y mis libros al mar.

Sin conocer la palabra verdadera
Desoí a los que sembraban
Ramas para cosechar troncos
Idiotas itinerantes de mi tierra viva.

Sape el terror

En el punto de contacto
donde se inicia el desplazamiento
un grito álgido retoca la suavidad
de lo que noto, es una cara.

Mis días serán largos en los relojes
llamó un Istar al mendigo herido
resopló.

Sape el terror
duerman los ociosos
levánteme yo
no puede haber congoja
en algo tan inexacto
y rudimentario
como mis pobres conocimientos
sobre el funcionamiento
de la brújula.

Peatón

Desear un peatón hasta que aparezca
Arena tibia, pez de color
Servirán las horas para aprender cosas
Resurgen mis huesos desde adentro.

Caras nuevas
Espejo hiriente
Yo ya soy yo desde hace siglos.

Me río

Me río
Para conversar mejor
Y entonces
Levitar sobre lo acontecido.

Mis dientes animales ronroneando sobre la consigna
Las alas de mi habitación y de mis días.

Mientras

Mientras digo es la cara que yo quiero
la mía se descascara
y miro hacia la ventana.

Los fuertes hombres bajo el sol
cantan la canción de la victoria
y sus autos, sus autos, chillan.

Recorro mi casa espantado
los animales ríen feroces
encontrábase mi cuerpo bailando
al son del mediodía.

Las manchas y los dedos,
no voy a nombrarlo justo aquí
justo allí.