martes, 25 de junio de 2013

Ocio

"Voy a matarme ahora mismo" dijo la niña, acurrucada en un espanto nuevo y dulce, sobre el suelo frío del interminable pasillo de su hogar. Un reloj de pared infantil con forma de oso revoleó sus ojos hacia ella y quiso decirle algo, pero enseguida la niña concluyó en voz alta: mejor lo dejo para mañana; y se durmió.

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